Diccionario tuitero de dichos populares

En esta entrada del blog, que iré actualizando de forma regular, ofrezco todos los tuits que he ido publicando sobre el origen de frases hechas en mi cuenta de Twitter @ComaConComilla. Resulta difícil –y en ocasiones casi imposible– sintetizar en 140 caracteres las curiosas, asombrosas y apasionantes historias que se esconden detrás de un determinado modismo, pero, dicho esto, cada pildorita de información te ofrece pistas para que indagues en ella, si ha despertado en ti la curiosidad. Espero sorprenderte con expresiones que desconocías o que, sin ir más lejos, tenías olvidadas. Como recogía el genial Covarrubias, el saber no embota la lanza.

A

¡A buenas horas, mangas verdes! Este dicho alude al atuendo del cuerpo policial Santa Hermandad (s. XV), que solía llegar tarde al auxilio.

La frase a capa y espada proviene de cómo se batían los caballeros: liaban su capa al brazo izquierdo y con la diestra manejaban la espada.

¡Adiós, Madrid, que te quedas sin gente!

A palo seco viene del mundo marinero: se refería a la navegación con las velas recogidas durante un fuerte temporal.

La expresión a tutiplén (‘en abundancia, a porrillo’) viene del latín totus plenus, ‘todo lleno’.

El dicho abrir el pico (o darle al pico) significa hablar más de la cuenta y hace referencia al pico de las aves. También decimos tener o echar mucho pico; y en el sentido contrario cerrar el pico o no decir ni pío. Ser un pico de oro alude a quien habla bien.

Andar el diablo en Cantillana.

Andar más que la perra de Calahorra (caminar mucho para lograr algo). El can hizo 585 km en viajes para llevar a sus 7 cachorros a su hogar.

Apretar las clavijas. Procede de un método de tortura griego con unas cuerdas que se tensaban con clavijas, clavos de madera o hierro.

Aprovechando que el Pisuegra pasa por Valladolid.

Armado hasta los dientes. Alude a los antiguos piratas: en un abordaje llevaban el puñal en la boca para poder manejar mejor las manos.

Aquí paz y después gloria. Frase con la que el sacerdote del XVIII concluía sus sermones: deseaba paz en la Tierra y gloria en el más allá.

La frase armarse la de Dios es Cristo nació en el Concilio de Nicea (325): se debatió acaloradamente la naturaleza humana y divina de Jesús.

Armarse un tole tole. Tole –griterío– viene del latín tolle eum, ‘elimínalo’. Lo gritaban los judíos para que Pilatos crucificara a Jesús.

Atar los perros con longanizas.

Aquí hay gato encerrado. En los siglos XVI y XVII se guardaba el dinero en gatos, bolsas hechas con piel de este felino que se solían esconder.

B

Baño maría. De latín balneum Mariæ, método usado por primera vez en el s. III por María la Judía, considerada la primera mujer alquimista.

Buscar tres pies al gato. La frase original decía cinco pies. Según Covarrubias, hubo quien quiso demostrar que la cola era un pie más.

C

Caer chuzos de punta. El chuzo es un palo punzante que usaba el sereno como arma. Se llama así, por afinidad, a la aguja de hielo o de agua.

Caerle a alguien la del pulpo. La frase alude a los golpes que hay que dar al pulpo antes de cocinarlo para ablandar su carne.

El dicho cajón de sastre (no *cajón desastre) alude a su variado contenido: hilos, botones, dedales, cremalleras…

cajón sastre

Llamamos canto del cisne a la última obra que nos deja un autor. Esta expresión viene de la creencia de que el cisne canta cuando va a morir.

Cerrarse en banda. El dicho tiene origen marinero: una nave se cierra en banda para resistir un temporal, esto es, se coloca a sotavento.

Comerse el marrón. Entre los ladrones, dar marrón es dar esquinazo. Así, comerse el marrón se dice del que es pillado y carga con la culpa.

El dicho como chupa de dómine se origina en el clérigo Dómine Cabra, personaje de El Buscón, cuya sucia sotana (~chupa) es causa de mofa.

Complejo de Edipo.

Con la Iglesia hemos topado. Don Quijote dice en verdad: «Con la iglesia hemos dado». La i minúscula alude al templo, no a la institución.

La locución con los pies por delante (‘muerto’) alude a la tradición de trasladar al difunto en dicha posición.

Confundir el culo con las témporas. Estas eran 4 periodos de ayuno entre los católicos al inicio de cada estación. Y el culo es pues eso, culo.

Henry Stanley, famoso por encontrar al perdido Dr. Livingstone, llamó a África continente negro (dark continent) por sus tenebrosas selvas.

¡Corta el rollo! (aburres/mientes), ¡esto es un rollo! (esto es un aburrimiento) o ¡cambia de rollo! (cambia de tema de conversación). El origen de estas expresiones parece encontrarse en el mundo cinematográfico, donde antaño había que cortar la proyección para cambiar el rollo.

Se dice critica, que algo queda porque las mentiras dejan huella, aunque luego se desmientan. Francis Bacon nos legó esta frase en 1623.

La expresión cruzar la cara a alguien viene del duelo medieval: si se abofeteaba con el guante al enemigo, el reto era a muerte.

Cuanto más sube el mono, más enseña el culo es frase de Montaigne. Dice que las pifias del mediocre se agigantan a medida que sube de cargo.

Culo de mal asiento. Este dicho no alude a nuestros glúteos, sino al culo de las vasijas: cuando no es totalmente plano, estas se tambalean.

D

Dar a alguien el golpe de gracia (propinar un duro revés): golpe mortal que se asestaba al malherido en batalla para que dejara de sufrir.

Dar el espaldarazo. Este era el golpe en la espalda que se daba con la espada o la mano a quien era armado caballero.

Dar el visto bueno. Viene de la fórmula visto bueno: esta se pone al pie de algunos documentos o trabajos que deben ser certificados o aprobados, generalmente con la abreviatura «V.º B.º». El visto es el símbolo ☑️ y se originaría en la inicial del latín veritas, ‘verdad’.

Dar gato por liebre. Hace años no era raro que en hosterías hicieran pasar carne de minino por la de liebre. El adobo camuflaba su sabor.

Dar la tabarra alude a la tabarra o tábano, insecto chupador que aún hoy resulta fastidioso en las caballerías.

El dicho dar un corte a alguien viene del antiguo uso de los maleantes de zanjar trifulcas con un navajazo en la cara, a modo de escarnio.

Algo da un giro copernicano cuando cambia radicalmente. Así hizo Copérnico con las ideas astronómicas de su tiempo: ponerlas patas arriba.

Darse con un canto en los dientes.

Dársela a uno con queso. En las tabernas medievales, se agasajaba con queso a los clientes para disfrazar el sabor del vino picado.

Llamamos personas de alto copete a las nobles y linajudas. El copete era un tupé elevado, de uso muy antiguo, que otorgaba distinción social.

Decimos que algo es de antología cuando resulta extraordinario o maravilloso. Antología significa en griego ‘selección de flores’.

De buten. Dicen que viene del alemán gut/guten que significa ‘bueno, de buena calidad’. O del latín butyrum, manteca o nata.

Si le arrancamos una astilla a un palo, la madera sigue siendo la misma, de ahí el dicho de tal palo, tal astilla.

Decíamos ayer… Frase con la que inició su clase fray Luis de León tras pasar cuatro años de prisión en los calabozos de Valladolid.

Defenderse como gato panza arriba. El dicho alude al modo en que se revuelve un gato cuando se ve acosado: boca arriba, sacando las uñas.

Dejar alta la bandera.

¡Déjate de pamplinas! Se llama pamplina (‘cosa inútil’) a una hierba que prolifera en los sembrados y resulta molesta para el agricultor.

Despedirse a la francesa se origina en la corte gala del XVII: se impuso no decir adiós cuando se abandonaba una reunión, para no molestar.

Si algo queda lejos, decimos donde da la vuelta el aire. Y es que los antiguos creían que el aire volvía al tocar los confines del mundo.

Antaño los boticarios doraban al fuego unas bolitas purgativas para enmascarar su amargo sabor; de ahí surgió el dicho dorar la píldora a alguien, esto es, ‘comunicar una mala noticia tratando de hacerla más agradable para la persona que la recibe’ (o también ‘adular a alguien’).

Dormir a pierna suelta viene del mundo carcelario: antaño al preso se le permitía dormir sin grilletes en los tobillos si se portaba bien.

Dormir como un lirón. Debemos el dicho al largo ‘sueño’ en que se sume este roedor durante su hibernación, que puede prolongarse seis meses: para ello, reduce tanto su tensión arterial y temperatura (algunas especies, a 0 ºC) que, si lo observáramos, nos parecería que está muerto.

Los grandes de Roma eran coronados con laurel. Así, decimos de quien deja de esforzarse tras triunfar que se ha dormido en los laureles.

E

Echar chispas. El dicho aludiría al dios Zeus, quien, furioso, arrojaba rayos y chispas sobre los mortales.

Echarle a uno el muerto. En el Medievo, si en un pueblo aparecía un cadáver en sus lindes, se arrojaba al vecino para evitar gastos.

Echarle a uno los perros.

El gato al agua. Nace la frase del juego de la soga que practicaban los griegos sobre un charco: perdían quienes quedaban a gatas en el agua.

El hábito no hace al monje. Proviene de la tradición de vestir al muerto con hábitos benditos para el juicio final, aunque fuera un pecador.

El oro y el moro. En el XV, caballeros de Jerez secuestraron en la Ronda morisca a unos moros; recibieron el rescate pero no los liberaron.

El talón de Aquiles.

La locución en aras de (‘en interés de’) alude a los sacrificios que antaño se celebraban en el ara (el altar) para obtener favor divino.

En la Biblia, Salomé engatusa a Herodes para que le sirva la cabeza de Juan Bautista en bandeja de plata. De ahí tomamos esta expresión.

En cien años, todos calvos. Así exclamó el rey persa Jerjes, al contemplar con melancolía su enorme ejército, según Covarrubias.

En cuarentena. Del italiano quaranta giorni: días de espera que se impuso a los barcos mercantes en Venecia en 1347 para evitar que la peste negra llegara a la ciudad. La decisión no obedecía a ningún criterio médico, sino a las cuarenta jornadas de ayuno que Jesús pasó en el desierto.

En la picota. La picota era una columna de piedra situada en la entrada de los pueblos donde se exponía a los reos a la vergüenza pública.

En un periquete. Este dicho se refiere al perico u orinal, socorrido utensilio que permite un desahogo rápido, donde y cuando sea necesario.

En un santiamén. Nace de la fusión de sancti y amen que se dice al santiguarse en latín: In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen.

El dicho engañar a alguien como a un chino pudo surgir en China: Marco Polo obtenía pingües beneficios con astutos trueques. Otra hipótesis sitúa su origen en Perú: tras la abolición de la esclavitud (1854), los británicos traían engañados a asiáticos como mano de obra barata.

La expresión enterrar la cabeza como el avestruz (mostrar miedo o cobardía) proviene de la falsa creencia de que esta ave esconde la cabeza bajo tierra cuando se siente en peligro. En verdad se trata de un efecto óptico al observarla desde lejos, cuando baja la cabeza hacia el suelo.

Época de vacas gordas/flacas tiene origen bíblico: el faraón soñó que 7 vacas flacas (la escasez) devoraban a otras 7 gordas (la abundancia).

Erre que erre. Esta expresión pudo derivar del grito «¡Arre, arre! » que daban los arrieros para que los burros tozudos aceleraran el paso.

El origen del dicho estar a las duras y a las maduras (estar dispuesto a aceptar tanto lo bueno como lo malo) se halla en el reparto de las frutas recolectadas en tierras agrícolas comunitarias. El lote de cada agricultor debía contener el mismo número de frutas duras y maduras.

Estar como una cabra o una chota (cría de esta). Expresiones que se deben a la conducta imprevisible de este animal:

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Estar de buena/mala luna. Desde muy antiguo se ha atribuido gran influencia a la luna, de ahí los dichos. Hoy se sabe que esta no determina el momento de un parto, ni favorece que crezca el pelo, ni anima a delinquir, ni hace que alguien se convierta en lobo…

Estar en Babia.

Estar en brazos de Morfeo.

Estar en el candelero significa ‘estar de moda’. Antaño el candelero alumbraba las casas e iluminaba intensamente lo que estaba cerca de él.

Estar en Las Batuecas.

Estar entre Pinto y Valdemoro.

Estar hecho de la misma harina tiene su origen en la frase latina de Séneca Omnes hi sunt ejusdem farinae, ‘todos son de la misma harina’.

Estar hecho un basilisco. Este es una criatura mitológica, con cuerpo de gallo y lengua de serpiente, malhumorada y que mata con la vista.

Estar pez. Este modismo tiene su origen en la falsa creencia de que estos animales carecen de inteligencia.

Estar sin blanca. La blanca fue una moneda de plata castellana acuñada en el s. XIV que perdió su calidad y valor con el tiempo.

El dicho estar teniente (ser sordo/duro de oído) vendría del hecho de que los tenientes ignoraban las quejas o las peticiones de la tropa.

¡Esto es jauja! Jauja es una localidad peruana de gran riqueza natural que en el periodo colonizador español adquirió fama de paraíso.

F

Lápida viene del latín lapis, ‘piedra’, por lo que lo inscrito sobre una lápida es lapidario; de ahí frase lapidaria, ‘sentencia concisa’.

H

La locución hacer baza (triunfar en algo) procede de los juegos de naipes: es echar la carta ganadora. Baza viene del árabe bazza, ‘botín’.

Hacer buenas/malas migas. La frase alude a la buena/mala preparación del guiso de pan y ajo llamado migas, que era típico de los pastores.

Hacer el egipcio es pedir dinero, por la postura que se ha hecho popular de las figuras humanas del antiguo Egipto.

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Hacer escupir el dinero es obligar a pagar algo. En la antigua Grecia era usual entre los mercaderes guardarse en la boca las monedas.

Hacer la rosca del galgo (ponerse a dormir en cualquier lugar) alude a las vueltas que da el perro antes de tumbarse.

Hacer llorar a las piedras. Cuenta un relato del s. III que las columnas de Cesarea destilaron gotas de agua por el cruel acoso a cristianos.

Hacer mutis por el foro. En el teatro, el apuntador decía «mutis» –retírese– cuando un actor debía situarse en el foro (fondo del escenario).

El origen del dicho hacer pucheros (hacer los gestos que preceden al llanto) podría remontarse a la antigua Roma, donde, en un gesto cariñoso, se solía coger a los niños por las orejas, como quien coge una olla por las asas, lo que no pocas veces acababa en llanto.

Hacerse eco.

Hacerse el longuis. Antaño, la voz latina liongus –lejano– se aplicaba al cobarde que se escaqueaba de un compromiso yéndose lejos.

Hacerse el sueco.

Hacerse mala sangre. Los antiguos creían que quien se encolerizaba corrompía su sangre: el rostro encendido parecía anunciar una congestión.

El hambre calgurritana surgió durante el sitio romano (I a. C.) de Calagurris (Calahorra): condujo a sus habitantes a comer perros y gatos.

Del gesto de abrir las aletas nasales cuando se está terriblemente enfadado nació la frase hinchársele a uno las narices.

I

Ir hasta los topes viene del argot naval. Se aplica figuradamente al buque que va sobrecargado: el tope es el punto más alto de un mástil.

Ir por lana y volver trasquilado viene de una fábula en que un carnero se mete en rebaño ajeno para ligar y acaba trasquilado por el pastor.

Ir tirando.

La frase irse con la música a otra parte alude a los músicos ambulantes, que van de pueblo en pueblo y no siempre reciben el elogio deseado.

Irse echando/cagando leches. Dicen que leche sería un eufemismo de semen; y echar leches equivaldría a eyacular, que es un acto rápido.

Irse por los cerros de Úbeda.

J

Juventud, divino tesoro. Esta expresión está tomada de unos versos de Rubén Darío: «Juventud, divino tesoro, que te vas para no volver…».

L

La caja de Pandora.

La flor y nata se refiere a lo más selecto. Metafóricamente, la flor es valiosa (la flor de la vida), y la nata, la delicia de la leche.

La letra con sangre entra. El dicho alude a la educación a fuerza de palos considerada por los maestros de antaño como más productiva.

La pregunta del millón. Este modismo viene del concurso de TV Un millón para el mejor (1968), donde tal premio recaía en la última pregunta.

La unión hace la fuerza. Es frase antiquísima: aparece ya citada en la fábula El labrador y sus hijos, de Esopo (s. VI a. C).

Lanzársele alguien al cuello o a la yugular.

Lágrimas de cocodrilo. Decían los naturalistas que este reptil fingía una especie de llanto para atraer a su presa, movida por la curiosidad.

Lavado de cerebro. Dicho adoptado del chino en la guerra de Corea: era un tipo de adoctrinamiento que los comunistas aplicaban a los presos.

L’enfant terrible. Expresión francesa acuñada y popularizada por los grabados de Paul Gavarni Les enfants terribles.

La expresión lengua viperina se debe a que antaño se creía que el veneno de la víbora se encontraba en su lengua.

En 1968, el folclorista Richard Dorson acuñó el término leyenda urbana para diferenciar los bulos modernos de los tradicionales.

Liar los bártulos. Los universitarios de Salamanca liaban las notas tomadas de la obra del jurista Bartolo del XIV en rollos, los bártulos.

Llevar en palmitas, de origen bíblico, alude a las palmas de los ángeles: «En sus manos te llevarán para que no tropieces en piedra» (Mat 4:6).

Llevarse el gato al agua.

Lo importante no es ganar sino participar. Frase tomada del discurso que Pierre de Coubertin pronunció en las Olimpiadas de Londres 1908.

Lo prometido es deuda. Proviene del italiano «ogni promessa è debito». En español también tenemos el refrán: quien promete en deuda se mete.

La locución lo habido y por haber proviene del lenguaje administrativo: «lo habido» en el momento de la firma y lo «por haber» en el futuro.

Los mismos perros con distintos collares.

Lucha sin cuartel. Antaño, para que el enemigo les perdonara la vida, los soldados que se rendían alzaban los brazos y gritaban «¡Cuartel!».

M

Mantenerse en sus trece. Suele atribuirse este dicho al papa español Benedicto XIII, quien en 1417 se negó a renunciar a su pontificado.

Más apañao que un jarrillo de lata. Se trata de una expresión usada en Andalucía y se aplica a la persona mañosa. El jarrillo de lata era antaño el típico recipiente doméstico que servía para multitud de cosas: como medidor o florero, para contener líquidos o monedas, etc.

Más chulo que un ocho. Alude la frase al madrileño tranvía n.º 8, que en su ruta a inicios del s. XX trasladaba a muchos pasajeros chulos.

Más feo que Picio. A este granadino del s. XIX le impresionó tanto que le conmutaran la pena de muerte que perdió pelo, cejas y pestañas.

El dicho más ladrón que Gestas (o ser un Gestas) se aplica al ladrón pertinaz y alude a Gestas, el ladrón malo que fue crucificado con Jesús.

Más tonto que Perico el de los palotes. Dice Covarrubias (1611) que el tal Perico era un cabeza de chorlito que tocaba el tambor.

Más vale tarde que nunca. Frase atribuida al griego Diógenes (s. IV a. C.). La dijo tras reprochársele su edad avanzada para aprender música.

Matar dos pájaros de un tiro.

Matar el gusanillo.

Matar la gallina de los huevos de oro.

Matar moscas a cañonazos.

Más sonado que la campana de Huesca.

Me lo dijo un pajarito. Ya en el Génesis y el Libro de Eclesiastés queda patente que los antiguos atribuían a las aves la facultad de contar sucesos y predecir el futuro. Así, era tradición de muchos pueblos observar con este propósito el vuelo de las aves o escuchar su canto.

La expresión mea culpa proviene de la oración Confiteor (‘Yo me confieso’), que se reza al comienzo de la misa según el ritual romano.

Medir por el mismo rasero. El rasero es un palo/tabla de madera que sirve para poner al ras algo en un recipiente, p. ej., los cereales.

Mentir más que la gaceta. Se refiere este dicho a la Gaceta de Madrid, que en su inicios (1661) era amarillista. Evolucionó al actual BOE.

Meter la pata hasta el corvejón. Este se halla en la pata posterior de los cuadrúpedos entre la tibia y el metatarso:corvejón Morder el polvo (ser humillado o vencido). Esta frase popular se remonta al Medievo, tiempo en que los caballeros heridos de muerte tenían por costumbre tomar un puñado de arena y besarlo para honrar a la tierra que los recibiría en su seno.

Morir con las botas puestas viene del filme They Died with Their Boots On (1941): el general Custer muere heroicamente contra los siux.

«¡Mucha mierda!» se dice para desear suerte. Antaño, el éxito de una obra se medía por los excrementos de caballo acumulados ante el teatro.

Música celestial. Los antiguos creían en una música inaudible procedente de los astros: cada nota musical se correspondería con un planeta.

N

Nacer con estrella/tener buena o mala estrella/unos nacen con estrella y otros estrellados.

El dicho no dar un palo al agua tiene origen marinero: el palo se refiere al remo, y la expresión, a quien del grupo se escaquea de remar.

No dar su brazo a torcer. Esta frase proviene del juego que consiste en echar un pulso dos personas para abatir el brazo del contrario.

No hay tu tía o no hay tutía. La primera forma resulta de una interpretación errónea de la segunda. La tutía es un ungüento medicinal. (1/2) La tutía se usaba como una especie de remedio universal. De ahí que cuando una enfermedad parecía no tener cura se dijera «no hay tutía». (2/2)

Decimos que no nos llega la camisa al cuerpo cuando estamos asustados. Esto se debe a que al sentir miedo nos encogemos y la ropa baila.

No saber de la misa la media alude a los clérigos mediocres (s. XVII-XVIII) que decían de memoria la misa en latín sin saber su significado.

No saber por dónde van los tiros procede de la jerga militar: se aplicaba al soldado novato, que no sabía protegerse del fuego enemigo.

La frase no se puede hacer una tortilla sin romper huevos se atribuye a Lenin. Justificó con ella los daños colaterales causados por el paraíso comunista.

En su origen, la frase no ser de recibo aludía al modo de arreglarse. De ahí estar de recibo, ‘estar dispuesto para recibir visitas’.

O

Obras son amores. Versión abreviada del refrán «obras son amores, que no buenas razones». Dice que valen más las acciones que las palabras.

Oler a chamusquina. Se aplica el dicho a aquello que despierta desconfianza. La frase hundiría sus raíces en tiempos de la Inquisición, cuando los sospechosos de delito grave podían ser condenados a morir en la hoguera, esto es, olían ‘de antemano’ a chamusquina.

oler a chamusquina

P

Pagar a escote. Aquí escote no alude a la abertura de un vestido, sino a su acepción de ‘cuota común’, que viene del franco skot, tributo.

París bien vale una misa (vale la pena sacrificarse). Frase atribuida a Enrique IV de Borbón: se hizo católico para poder ser rey de Francia.

Partir la pana. Debe su origen a la resistencia de esta tela, usada antaño para elaborar ropa de trabajo. Para romperla, se requiere fuerza.

Pasar la noche en blanco viene de la costumbre medieval de velar las armas vestidos de blanco la noche anterior de ser armados caballeros. (1/2) De esa misma costumbre proviene la variante pasar la noche en vela. (2/2)

Pasar por el aro.

Pasar una noche toledana.

Pasarse algo por el forro. Aquí, forro alude al escroto o bolsa testicular. De ahí la variante «pasarse algo por el forro de los cojones».

Pasarse de la raya. De origen pugilístico: en el boxeo antes se dibujaba el ring con tiza o se marcaba una raya entre los contrincantes.

Patente de corso. Este era un permiso, que data del s. XII, por el cual el rey autorizaba a un civil a combatir y saquear barcos enemigos.

Pelillos a la mar. Esta frase vendría de una vieja costumbre griega: se repartían pelos de cordero entre los que deseaban hacer las paces.

Perderse por los cerros de Úbeda. Esto pretextó un capitán del rey Fernando III al no aparecer hasta finalizada la batalla de Úbeda (1233).

El dicho pinchar en hueso (no acertar) tiene origen taurino: el torero no logra matar al toro porque el estoque da en hueso.

La frase poderoso caballero es don dinero está sacada del estribillo de una letrilla satírica de Quevedo.

El dicho ¡pollas en vinagre! alude a un plato típico de Murcia: así llaman allí a las sardinillas con guindilla. «Polla/pollo» deriva del latín «pullus», ‘brote tierno, pimpollo, palomino’. En la antigua Roma el «pulli acetario» era una especie de rebrotes vegetales en vinagreta.

La expresión poner los dientes largos nace del gesto que hacen los animales de subir el labio superior para manifestar que quieren algo.

Ponerle a alguien la zanahoria. Dicho sacado de un cuento en el que un labrador usa este truco para que su asno ande:

poner_zanahoria

Poner/cambiar/corregir rumbo. Rumbo viene del latín rhombus, ‘rombo’, que era la figura representada en las brújulas.

brujula

Ponerle el cascabel al gato.

Ponerse las botas. Antaño, solo las personas privilegiadas podían permitirse el calzado. De ahí que el dicho aluda a sacar provecho de algo.

Se pone la piel del león aquel que se hace pasar por valiente o fuerte. El dicho nace de una fábula de Esopo: un asno se disfraza de león.

La locución por hache o por be nació de la dificultad de los escolares para distinguir qué palabras van con hache y cuáles con be o con uve. Según otra tesis, el dicho viene de los libros de matemáticas de antaño, cuya fórmula para calcular superficies geométricas rezaba «h x b».

Q

Que cada palo aguante su vela. De origen marino, la frase alude a los palos y velas del barco, que deben resistir los envites del viento.

¡Que te den morcilla! En su origen, esta expresión alude a la morcilla envenenada con estricnina que se daba a los perros rabiosos.

Que te sea leve. Frase tomada del epitafio que los romanos grababan en sus lápidas: «Sit tibi terra levis», ‘sea para ti la tierra leve’.

Quedar en la estacada. Esta era la valla de estacas que delimitaba el campo en justas. Y quien quedaba en ella acababa a merced del enemigo.

Quedarse a la luna de Valencia.

Quedarse de piedra.

Quedarse en agua de borrajas. Alude el dicho a la poca sustancia que tiene la infusión de la planta llamada borraja, usada como sudorífico.

Quemarse las cejas significa ‘estudiar mucho’, pues antaño quien se aplicaba hasta tarde se las chamuscaba literalmente a la luz de la vela.

La peligrosidad real de los rayos da lugar a expresiones como que te parta un rayo o mal rayo te parta.

que te parta un rayo

¿Quién te ha dado vela en este entierro? Antiguamente la familia del difunto repartía velas a los amigos de este que acudían al sepelio.

Quitar hierro provendría de la orden emitida por el Concilio de Trento (s. XVI) de no usar en las justas puntas de hierro para evitar daños.

R

Rasgarse las vestiduras. El dicho procede de una antigua costumbre judía: cuando un allegado fallecía, se rompían la ropa en señal de duelo.

Un ratón de biblioteca es alguien que está encerrado entre libros. Proviene del hecho de que a los roedores les atrae mucho el papel.

Recoger el guante. El dicho viene del duelo caballeresco: la persona ofendida arrojaba la prenda, y si el otro la recogía, ambos se batían.

Remover/revolver Roma con Santiago.

Rizar el rizo es complicar más lo que ya es complicado. La expresión proviene de los tirabuzones que hacían los pilotos acrobáticos.

S

Saber lo que vale un peine no se refiere al utensilio que sirve para arreglarnos el pelo, sino a un instrumento de tortura usado en el Medievo que tenía unas púas de hierro que desollaban vivo al reo. De ahí la variante saber cuántas púas tiene un peine.

Saber más que el perro Paco.

Saber más que Lepe. La frase alude al obispo Pedro de Lepe y Dorantes (1641-1700), que sobresalía por su virtud y sabiduría.

El quicio es la parte de la puerta donde van las bisagras o goznes. Si estos fallan, la puerta sale de quicio (su posición normal); de ahí el dicho sacar de quicio a alguien.

Salir de Guatemala y entrar en Guatapeor.

Salir de Málaga y entrar en Malagón.

Salir a la palestra. Antaño la palestra era un lugar en que se practicaban combates. También designaba el sitio donde se discutían asuntos.

Salir pitando/echando chispas. Ambas locuciones aluden a las antiguas locomotoras: al partir de la estación pitaban y sus ruedas chispeaban.

Salir rana. Este modismo proviene de la frase «salga pez o salga rana, ¡a la capacha!» que recitaban los pescadores al lanzar la caña.

Salvarse por los pelos. Proviene de cuando los piratas caían al agua. Solo se salvaban si alguien los agarraba a tiempo por la cabellera.

Sangre azul. Expresión que surgió en las cortes españolas del siglo IX. Aludía a las venitas visibles en la pálida piel de la gente noble.

Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita. Cuentan que esto dijo una moza a la santa cuando, tras pedirle un novio y hallarlo, este la plantó poco antes de casarse.

El dicho se va a armar la gorda se difundió en 1868 entre los andaluces, que llamaban la Gorda a la rebelión que se urdía contra Isabel II.

Ser algo de bandera.

La frase ser carne de cañón se atribuye a Napoleón. Se refería con ella a sus soldados de primera línea, los más expuestos al fuego enemigo.

Ser como los novios de Hornachuelos [… ella fea y él más feo].

Ser de la vieja guardia. Napoleón llamó Vieja Guardia a los soldados más veteranos de su Guardia Imperial, creada en 1804.

Ser del año de la polca. La polca es una danza que surgió en Bohemia hacia 1830 y que se puso de moda en los salones europeos poco después.

Ser el benjamín de la casa. Modismo que alude a Benjamín, el hijo pequeño y predilecto del patriarca bíblico Jacob.

Ser el non plus ultra.

Ser el principio del fin. Esta frase se atribuye al Charles M. de Talleyrand, ministro de Napoleón. La pronunció tras el desastre de Rusia.

El dicho ser el tonto del bote alude a un mendigo que pedía limosna con un bote frente a las iglesias madrileñas. Protagonizó un suceso citado en «Cosas de Madrid» (1886): un toro que se escapó de las Ventas se detuvo a olfatear al tonto del bote, que dormía, y luego siguió su camino.

el tonto del bote

Ser la joya de la corona alude a la joya más valiosa de entre las que se incrustaban en las coronas de los reyes.

Ser la panacea (universal). Con el nombre de Panacea, diosa griega con gran poder curativo, bautizaron los alquimistas el buscado curalotodo.

Ser la manzana de la discordia.

Ser más feo que el sargento de Utrera.

Ser más feo que Picio.

Ser más malo que la quina. Debemos la comparación al sabor amargo de esta sustancia. De uso médico, se extrae del quino, árbol sudamericano.

Un iceberg suele asomar cerca de una décima parte de su volumen total. De ahí el dicho ser solo la punta del iceberg.

ser la punta del iceberg

Ser tan rápido como un rayo/relámpago.

Ser un alma de cántaro. Aquí, alma designa la parte hueca de algunas cosas, como la del cántaro. La frase alude al vacío intelectual.

La expresión ser un as la tomamos de los aviadores franceses durante la Gran Guerra. Entre estos, el as era el que abatía a más enemigos.

Dicen que el dicho ser un chaquetero se originó durante las guerras que hubo en Francia en el s. XVI entre católicos (casaca con cruz roja) y calvinistas (casaca blanca): para engañar al contrario, unos y otros le daban la vuelta a la chaqueta, que lucía el símbolo del enemigo.

Ser un cuco. La hembra del cuco pone un huevo en nido ajeno. Cuando eclosiona, el astuto intruso echa a los demás polluelos del nido.

Ser un lunático. V. estar de buena/mala luna.

Ser un muermo. Esta voz se refiere a una infección bacteriana de los equinos que se trataba con la adormidera, planta que causa somnolencia.

Ser un narcisita o un narciso.

Ser un neandertal. Expresión que se usa en sentido despectivo y que alude a la tosquedad o la torpeza que se le atribuyó al principio a esta especie humana extinta. Hoy se sabe que tenía una organización social muy sofisticada y que practicaba el arte antes que nosotros.

Ser un trepa. Este vocablo procede de la botánica: se llaman trepadoras las plantas que ascienden sobre otras, a veces, estrangulándolas.

El dicho ser una (h)arpía tiene origen mitológico. Se refiere a las malvadas Harpías, seres alados con cara de mujer.

Ser un mirlo blanco. Esta ave es negra, y avistar una albina resulta muy raro. De ahí que el dicho aluda a algo valioso.

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La palabra acicate viene del árabe síkka, ‘punzón o piquete de hierro’. Era el nombre de la espuela con punta de hierro que usaba el jinete para espolear al caballo. Luego, esta voz pasó a significar ‘estímulo’. De ahí nació el dicho servir de acicate, esto es, estimular a la realización de algo.

«El más pequeño felino es una obra maestra», dijo Leonardo da Vinci, gran admirador de los gatos, cuya agilidad e inteligencia les sirve para salir indemnes de situaciones comprometidas. De ahí el dicho siete vidas tiene un gato (antaño el siete era considerado un número mágico).

Decir las cosas sin pelos en la lengua es hacerlo de forma clara, sin rodeos, pues un cuerpo extraño en la boca dificulta la pronunciación.

Soltarse el pelo/la melena (o desmelenarse) significa ‘desinhibirse o actuar con decisión’. El cabello femenino siempre ha sido considerado un elemento erótico y, por ello, un tabú en muchas culturas y religiones. De ahí que dejarlo crecer y exhibirlo sea un símbolo de libertad.

Son habas contadas. Antaño las habas servían para contar los tantos en los juegos de naipes, para votar o para hacer operaciones matemáticas.

Sopa boba. Esta era un tazón con agua, pan y algún vegetal que se servía en los conventos del XVI a los pobres y a los estudiantes sin recursos.

T

Telón de acero. Término usado por primera vez en 1945 por Goebbels, ministro nazi de Propaganda, y popularizado por Churchill un año después.

Tener cara de vinagre. Se creía antaño que el consumo excesivo de vinagre provocaba envejecimiento prematuro y un carácter ácido y áspero.

Quien tiene cintura es hábil para superar escollos, al igual que usan la cintura el torero para quebrar al toro y el futbolista al regatear.

Tener el mono. Se debe este dicho a que el afectado del síndrome de abstinencia grita, se mueve y rasca de manera que recuerda a un simio.

Tener la negra o caerle a uno la negra. Desde antiguo, este color expresa la mala suerte, mientras que el blanco representa la felicidad.

Tener mala pata. Este dicho tiene su origen en la creencia de que a veces ‘fallan’ las patas de la buena suerte, como las de conejo.

Tener más cuento que Calleja. Saturnino Calleja y Fernández (1855-1915) fue un editor que publicó numerosos cuentos.

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El dicho tener tablas alude a los años de experiencia de un actor sobre el escenario, que se denomina en el argot teatral las tablas.

Tercer mundo. Expresión usada por primera vez en 1952 por el demógrafo francés Alfred Sauvy en el artículo «Tres mundos, un planeta».

¡Tiene tela marinera! (ser algo complicado). El dicho se refiere a las velas de un barco, por lo laborioso que resultaba antaño su confección —y reparación—, debido a la dureza de la tela, difícil de cortar y de coser, y a la gran cantidad de metros cuadrados que eran necesarios.

El dicho tierra de nadie (del inglés no man’s land) se popularizó durante la Gran Guerra: designaba el terreno situado entre dos trincheras enemigas.

Las iglesias navarras del XVI exhibían los nombres de los conversos en lienzos –mantas–; tirar de la manta era destapar una falsa conversión.

Tirar la casa por la ventana. A quien le tocaba el gordo de la lotería en el XIX acostumbraba a tirar por la ventana los enseres de su casa.

Tirar la toalla. El entrenador del boxeador arroja la toalla al ring cuando ve que este no puede más, para poner fin al combate.

Tocarle a uno la china. Viene del juego que consiste en ocultar una piedrecita en una de las manos. Pierde quien acierta en cuál se esconde.

Todo el monte no es orégano. Procede del refrán antiguo Quiera Dios que orégano sea y no se nos vuelva alcaravea.

Todos los caminos conducen a Roma. La capital del vasto Imperio romano estaba interconectada por una red vial de 70.000 km de longitud.

Tomar las de Villadiego.

… Tres, dos, uno, ¡cero! La famosa cuenta atrás no la inventó la NASA, sino Fritz Lang para su película La mujer en la Luna (1928).

Tumbarse a la bartola. Alude a Bartolo, personaje de cuento que exhibía una enorme curva de la felicidad. La panza pasó a llamarse bartola.

U

Un vivalavirgen. Antaño, en el recuento de un barco, el último marinero en numerarse decía: «¡Viva la Virgen!». Solía ser el más rezagado.

Una noche toledana. Alude el dicho a la mala noche que hacían pasar los mosquitos a los forasteros que dormían en Toledo, según Covarrubias.

V

Venderse por un plato de lentejas. Este dicho viene de la Biblia: Esaú cede su primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas.

Ves menos que Pepe Leches. Este pudo ser José Fernández Albusac, guardia muy miope del s. XIX que repartía leches sin saber a quién.

¡Vete a hacer puñetas! Estas eran adornos de los puños, y coserlas requería largo tiempo, tarea idónea para delegar en el latoso de turno.

¡Vete a la porra! La porra era un bastón que se clavaba en el suelo para indicar dónde debían colocarse los soldados bajo arresto.

El dicho volver a las andadas se refiere a los caballeros andantes, que, cuando se recuperaban de sus frecuentes heridas en combate, volvían a los caminos para acometer nuevas hazañas y granjearse prestigio.

La expresión victoria pírrica viene de las muchas bajas que sufrió el ejército de Pirro, rey de Epiro, al vencer a Heraclea (280 a. C.).

El dicho vista de lince no alude al felino, sino a Linceo, hijo de un rey mesenio: desde su atalaya avistaba barcos a 240 km de distancia.

Y

El dicho y punto pelota podría estar relacionado con los juegos de frontón: ganado el punto, el jugador pide la pelota para volver a sacar.

La frase ¡ya llueve menos! vendría del juego del mus. Se dice para animar al compañero cuando las cartas parecen volver a estar de su lado.

Última actualización: 10 de junio de 2022.

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