¿De dónde viene la palabra ‘tobogán’?

El origen de este vocablo, que da nombre a la rampa deslizante ideada generalmente para el disfrute de los niños, hay que buscarlo en Canadá. Así es, mucho antes de que los europeos pisaran aquel vasto país, las tribus nativas usaban un tipo de trineo para transportar alimentos y otras mercancías por la tundra nevada del norte. Según las crónicas, estos vehículos, tirados por personas o perros, estaban hechos con tableros de abedul o de alerce, arqueados en su parte frontal y asegurados entre sí con listones. Durante la caza o los largos viajes, eran engalanados con símbolos a fin de atraer el favor de espíritus benefactores.
Los micmacs, tribu algonquina asentada en el este, lo llamaban tobâkun, término que en el XVII los acadianos, en su dialecto francés, adoptaron en la forma tabaganne. Esta voz, a su vez, se divulgaría rápido entre los colonos posteriores, los británicos —de hecho, en español, la palabra nos ha llegado a través del inglés toboggan—, pues no podían prescindir del deslizador para aventurarse en las blancas regiones. Pero no hubo que esperar mucho para que a este se le diera uso recreativo, sobre pistas de nieve que también se denominarían toboganes y que más tarde sirvieron de inspiración para fabricar las rampas de metal o madera que vemos en los parques. ▪

tobogán.png
Tobogán de cristal en Los Ángeles (California, EE. UU.), situado a 300 metros de altura en el rascacielos US Bank Tower. Con él, los más osados pueden bajar de la planta 70 a la 69.

 

 

 

 


Nota: este artículo lo publiqué en la sección «De palabras» de la revista Preguntas & Respuestas de Muy Interesante, n.º 37 (2016).

Deja un comentario